sábado, 28 de julio de 2012

TIRAR COSAS

¿Conoceis la La ley de los dos años? Colin y Justin de Los asaltacasas la explican cada dos por tres.  Consiste en deshacerse de todo aquello que en dos años no haya sido utilizado ya sea ropa, zapatos, muebles o cacharros varios de la casa. Y a esta ley le sigue otra, la Ley de una cosa por otra. Consiste en sustituir una cosa nueva por otra vieja. Por ejemplo, si te compras un bolso te has de deshacer de otro que tengas ya cascado. No te puedes quedar con los dos. El objetivo de las dos leyes es impedir que te pase lo que me está pasando a mí. Que acumulo cosas que no utilizo desde el siglo pasado (doce años, no es tanto). Llevo dos tardes con unas congojas que pa qué: "lo tiro o no?" o "me da pena porque me lo regaló fulanito" o "me lo compré en aquella tienda que huele tan bien" o "le tengo cariño". En estas situaciones es mejor que otro lo haga por tí. Con la ropa es más fácil; si no quepo dentro lo doy. Pero con la quincalla no es lo mismo. He encontrado una agenda con los teléfonos de mis amiguitas del cole cuando teníamos dieciocho años, pero claro es que nos conocíamos desde los seis. También me han salido al encuentro unos dibujos que me hizo el-Hermano-de-la-Dulci cuando era un pitufo. A ver qué harían Colin y Justin. Peste de Imagenio. Chupitos por mi quincalla.

domingo, 15 de julio de 2012

PAVAROTTI

Queridos bullangueros. Pasado el Pobre de mí y a punto de celebrar la Vírgen del Carmen.  Mitad de julio. Me acordaba hoy de un gondolero que cantaba a grito pelado con voz de cascajo el "o sole mio" mientras los guiris que llevaba en la gondola pasaban de él. Y me ha venido a la memoria  Lucciano Pavarotti, el culpable de que una servidora se acercara a la ópera modestamente. Me gusta mucho su voz, sus arias. Y lo simpático que era. Hizo asequible al público normal la complejidad del bel canto. Aquí os dejo su "O sole mio" cantado en el Madison Square Garden. Una delicatessen. Chupitos de limoncello en su memoria. Y felicidades a las y los Carmenes. Y a la Armada Española.

martes, 3 de julio de 2012

AGENDAS

Me encantan las agendas usadas. Cuando están nuevas, allá por enero sólo son libretillas en blanco. A medida que avanza el año, se van llenando. Engordan con citas, compromisos, trabajos por hacer, llamadas pendientes, visitas médicas, reuniones de trabajo, fiestas, cumpleaños, días especiales. Y claro, con toda esa información, luego no soy capaz de tirarlas. Me gustan cuando tienen tachones, o subrayados en flúor, o post-it, cuando están vividas vaya. Un día, en Madrid anduve por librerías de viejo y encontré una joya de local. La librera, rara avis que conocía lo que vendía, me dejó en el mostrador mientras buscaba el libro que le pedía. En estas que veo esta joya de sobremesa, saco el móvil y pillo esta foto. Si os fijais es del año 2007 pero por lo menos corría el año 2010 de nuestra era. Me encanta por la solera que tiene, las tintas de distinto color, las tachaduras, los teléfonos al margen. Brindis por la librera profesional y por su agenda brillante.